Fort Kochi también es un modelo de convivencia religiosa, algo que no es exclusivo de esta zona porque también lo hemos visto en otras ciudades, pero que aquí, a tamaño reducido, es más fácil apreciar. Católicos, hindúes y musulmanes conviven sin problemas y sus templos se suceden a veces de forma consecutiva en la misma calle. Algunos incluso, como ha descubierto hoy Mateo callejeando por el barrio más alejado del turismo, mientras yo me quedaba en el hotel terminando un texto para el libro de Gustavo que le prometí, integran las tres religiones en su casa, "mejor rezarle a todos, por si acaso", le han dicho. La religiosidad en la India es algo de lo que todo el mundo habla y es fácil de respirar en cualquier esquina, en cualquier pequeño templo de los que te encuentras a cientos cuando caminas, aunque nos han dicho que la región más espiritual es Tamil Nadú, hacia la que nos dirigiremos en unos días. De hecho, acabamos de cambiar nuestros planes porque hemos coincidido en el hotel con Alba y Xavi, médico y psicólogo respectivamente, que se han liado la manta a la cabeza y ya llevan dos meses viajando por la India (sus planes son viajar por el mundo durante un año o dos, según les vayan las cosas), y nos han recomendado algunos lugares que no nos vamos a perder.
Fort Kochi es famoso también porque desde aquí puedes visitar los backwaters, una zona de canales que comunican entre sí pueblos que no tienen otra vía de transporte, y en la cual se pueden ver numerosos árboles de especias, como la pimienta o la nuez moscada, según nos han contado Marielle y Nano, otra pareja estupenda con la que hemos coincido aquí, ella diseñadora de joyas, él arqueólogo en proceso de reciclaje a la informática. Nosotros los visitaremos mañana pero desde Allipei, que queda más cerca.
Pero Fort Kochi no es tan pequeña como parece en el mapa que os publiqué ayer (que no está a escala) y si no te quieres derretir bajo el sol, lo mejor es alquilar un rickshaw para recorrerla, que es lo que hicimos ayer, con un chófer encantador que se armó de paciencia y soportó cada una de nuestras infinitas paradas para hacer fotos a cosas inexplicables para él, que se empeñaba en llevarnos a la gran Basílica de Santa Cruz o a los grandes templos hinduístas, que he fotografiado para vosotros, mientras nosotros preferíamos perdernos entre las estrechas y bulliciosas calles del bazar de las especies y las fábricas de jengibre seco, un paraíso para los amantes de la cocina, o en el lavadero popular, absolutamente precioso, en el cual son los hombres los que se encargan de planchar con una delicadeza increíble, usando aún planchas de hierro y carbón.
Aunque para mí, que soy una "frívola amante del diseño", como me dice Mateo, el gran descubrimiento de Fort Kochi ha sido Play Clan, una tienda alucinante donde puedes encontrar camisetas, bolsos, fundas para el ipad... Hago esta referencia específicamente para Alejandro porque no se la puede perder, para coger ideas. Son un grupo de diseñadores de Nueva Delhi cuyo slogan es "Fresh alternate anti-ordinary love for India", que se definen como (traduzco del inglés como puedo) "una comunidad de clones creativos que cree en transformar las cosas mundanas en algo inusual" y dicen que su misión es "crear un mundo alternativo, una realidad paralela". Y es que no puedo negarlo, me encanta perderme en realidades paralelas.
Besos mil para todos! Mañana salimos de ruta y, como siempre, no sé cuándo volveremos a encontrar un wi-fi tan estupendo como el que tenemos aquí.
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