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Mostrando entradas de agosto, 2016

QUE NO ME HAGO BUDISTA!

Los "intermediarios de la religión" son esas personas o instituciones que se otorgan a sí mismas el poder de representar a los dioses ante los hombres y de establecer diálogos entre ambos. Su función es imprescindible en algunas religiones monoteístas, como el cristianismo, el judaísmo o el islam. Pero yo creía que en otras, como el budismo, no existían. Lo cual denota mi enorme desconocimiento del budismo, claro. En esta religión existen "los monjes budistas", toda una casta de élite en la sociedad tailandesa y laosiana, al menos, que es protegida por el gobierno y goza de todo tipo de privilegios, como tener una zona VIP en las estaciones de trenes, por ejemplo. Se "autofinancian" con las limosnas que recogen cada día, a pie de calle, a las 6 de la mañana exactamente, y con las que la gente les lleva a los templos. De hecho, existe una enorme industria de "ofrendas" en torno a ellos, que incluye desde cestas de comida hasta las telas para noseq

CANTANDO BAJO LA LLUVIA EN LAOS

Acabamos de llegar a Pakse, Laos, junto al impresionante río Mekong, y está diluviando. Tres horas de viaje en autobús desde Ubon Ratchathani , la ciudad del nordeste tailandés donde dormimos ayer, y a la que llegamos en un tren nocturno desde Bangkok. Un viaje horrible en el que no dormimos nada porque tenemos un pedazo de jet lag que no se nos pasa. Dicen que viajar al este es peor que al oeste. Además, si estás acostumbrado a madrugar (gracias Lomo!) y rondas los 50, aún te cuesta más. Así que tenemos todas las papeletas. Los tres días en Bangkok fueron estupendos. Visitamos lo que tocaba: el barrio chino, Chinatown, que es una ciudad dentro de otra, como todos los barrios chinos (me compré un paraguas porque perdí el mio nada más llegar, que lo había comprado, a su vez, en Mumbai, así que no descarto perder éste, a su vez, en Bagdad, por ejemplo! He inventado el umbrella crossing!); el buda gigante de oro, que debe ser muy importante para ellos porque había mucho turismo local; e

SONRISAS Y STREET FOOD EN BANGKOK

Los tailandeses son encantadores, se pasan el día sonriendo, sonriéndote, dándote las gracias y procurando no molestar. No chillan, no ponen malas caras, no se estresan... Y eso que aquí tienen motivos para hacerlo: mogollón de coches, mogollón de tráfico, mogollón de gente, mogollón de turistas feos (sí, feos, grandones y desastrados si nos comparamos con ellos, tan delicados y elegantes), mogollón de calor, mogollón de humedad, todo el día sudando... Y así siempre, doce meses al año! Además, cuidan a los perros y los gatos. Hasta hemos visto letreros de esos que colgamos allí ofreciendo recompensas para quien encuentre alguno perdido. Y no comen bichos, véase alacranes, gusanos y cosas así. Hemos pasado tres días en Bangkok y no he visto ni una sola situación que me haya alarmado en el trato que le dan a la animales, excepto esta noche, en pleno barrio turístico, en  Khao   San , una especie de Benidorn mochilero, que dos tipos se hacían fotos con unas bolsas enanas llenas de peces