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Mostrando entradas de julio, 2012

HOWTH, TIERRA DE PESCADORES

Hoy hemos ido en tren a visitar Howth , un pequeño pueblo a diez kilómetros de Dublín cuyo principal interés radica en que está junto al mar y es tierra de pescadores, lo cual produce, a su vez, sendos efectos derivados: por un lado, es una zona residencial monísima donde los irlandeses pasan sus vacaciones, y por otro, ante la escasez de pescado disponible en Dublín, los domingos hay avalanchas de gente que se acerca hasta allí a comer. Además, aprovechando el tirón turístico (o causa de, no sabemos qué fue primero), ponen un mercadillo de delicatesens donde puedes comprar cosas exquisitas como berenjenas de Abarán (sí, nuestro Abarán mismo) junto a otras verduras y frutas ecológicas de la zona, ricas fresas irlandesas, que están en plena temporada, mermeladas y salsas caseras de todo tipo, aceite de oliva italiano, cosmética artesanal hecha de aloe, panes para perder el sentido (de semillas y frutas, con harinas integrales, sin levadura, etc), tartas y pasteles buenísimos, comer al

UN DÍA DE PLAYA

Ayer hizo un buen día (19º de máxima), no llovió y hasta salió el sol un ratito, así que aprovechamos y por la tarde nos fuimos a la playa más cercana (se puede ir andando, es un paseo de unos 40 minutos) con unos compañeros de clase. Sobra decir que no la usan para bañarse, sólo para caminar y pasear sus perros que, por cierto, es normal que tengan de dos en dos como mínimo.

EL ZOO MUERTO

Ayer nos dedicamos a visitar algunos museos de la ciudad porque nos habían dicho que eran magníficos y no queríamos dejar de verlos. Además son gratis, algo que se agradece porque aquí toooodoooo es carísimo, como mínimo, el doble que en España. Por ejemplo, un café cuesta 2,50€; 6 manzanas: 3€; una cerveza: 5€ (y eso que son productores y consumidores a granel; por cierto, hemos descubierto que, a pesar de lo que beben los irlandeses, jamás hemos visto, en el tiempo que llevamos aquí, un camión descargando barriles de cerveza en la puerta de un bar, así que empezamos a pensar que la Guinnes, que tiene la fábrica aquí, los alimenta directamente con tuberías subterráneas!); y sigo enumerando precios, para que se sepa que eso de comparar España con Irlanda es un timo. El sueldo medio de una cajera de supermercado son 2.000€, lo cual explica que un menú normalujo valga, mínimo, 20€ (los hemos llegado a ver anunciados hasta de 120€); un sandwich y un té: 8€; salir a cenar fuera: 40€ por

¡EL SOL! (O ALGO PARECIDO)

Hoy por fin ha salido el sol! Por eso la gente sale a pintar al canal, o de picnic, o simplemente se tumba en cualquier trozo de verde que encuentra (que hay muchos). Y yo he podido pasear un ratito en manga corta!!! Pero solo un ratito, el resto del día el chaquetón es imprescindible. El ritmo de nuestras vidas sigue siendo el mismo: vamos a clase por las mañanas y luego, por las tardes, o hacemos deberes y paseamos, o, si no tenemos deberes, paseamos toda la tarde. Ayer, por ejemplo, nos dimos una paliza inmensa. Fuimos a ver la catedral y su magnífica biblioteca, donde nos encontramos una exposición de libros raros, entre ellos, por ejemplo, alguno de Alhazen (el primero que explicó cómo funcionaba una cámara oscura y todo eso de la luz y la formación de los objetos) u otro de Aristóteles comentado por Averroes "el cordubensis". Según me cuenta Mateo, fue gracias a estos comentarios (reeditados siglos después) que pudimos conocer la obra de los clásicos gr

PERROS FELICES

Aún no os había hablado de uno de mis temas favoritos, los perros. Pero es que en Dublín están tan bien, que casi no encuentro motivos para hacerlo. Los dublinenses adoran a sus perros, los cuidan, los miman, en cada esquina los puedes sorprender jugando con ellos, acariciándolos, sonriéndoles... Son perros felices, no hay duda. Qué bien! Definitivamente, el estado de los perros denota el nivel de desarrollo de un país. E Irlanda es pura civilización.

PASEANDO POR EL CANAL

Acabamos de volver de dar un paseo nocturno por el canal. Lo hace mucha gente. A los dublineses les encanta caminar, por eso están todos en forma. No hemos visto muchos obesos, la verdad. Nosotros hemos decidido hacerlo cada noche después de cenar porque queremos ser como ellos. Además, aquí anochece muy tarde, a las 11 y pico de la noche aún hay luz, lo cual nos tiene despistadísimos y necesitamos cansarnos para poder dormir. Hoy no hemos hecho otra cosa que ir a clase y de vuelta a casa, pasar por el supermercado a comprar algunas cosas que nos faltaban. Luego comida, siesta, trabajo con el ordenador, cena, paseo y lavadora. Un día tranquilo. Paseando por el canal te puedes encontrar muchas cosas: cisnes majestuosos y divertidos patos de gomas, flotadores salvavidas atados en cada esquina (que parecen llevar allí cien años), una escultura del poeta dublinés Patrick Kavanagh (que pasaba las horas aquí, mirando el agua, buscando la inspiración), bicicletas fantasmas que alguien res

Y LLOVÍA Y LLOVÍA

Fotograma de "El gran azul". Hoy no ha parado de llover. A pesar de ello, los dublineses siguen saliendo a pasear o a correr incluso, con sus cascos puestos mientras escuchan música... No sienten ni ven la lluvia, está claro. Y bajo la lluvia han empezado también nuestras clases de inglés. Sin remedio, nada se para. Levantarme a las 7, después de haberme acostado anoche a las 2, viendo la maravillosa película "El gran azul" en blue ray, en la impresionante pantalla blanca Sony de doscientas mil pulgadas que tenemos enfrente de la cama, ha sido duro pero provechoso. He aprendido más inglés hoy que en toda mi vida. Cuatro horas intensas en las que si pestañeaba, me perdía porque me han puesto en un nivel alto. Al llegar a casa he tenido que repetir todos los ejercicios para no retrasarme mañana. Mateo va mucho mejor. A él le ha tocado en otro grupo y lleva el ritmo. Después de clase hemos ido a comer algo y a comprar unos cuadernos, difícil operación que nos ha

DUBLÍN: UN VIAJE EN EL TIEMPO

El viaje a Dublín ha resultado ser un viaje en el tiempo en todos los sentidos. Aquí las casas y las calles parecen (son) de época. Todo tiene doscientos años, así por encima. No tiran nada, todo lo reforman, lo repintan y lo estrenan. Es precioso. Además, también está resultando un viaje en el tiempo (meteorológico) porque hemos vuelto al invierno. Hace un frío que pela y no me quito el chaquetón en todo el día. Y por la noche, pijama de invierno! Nuestra casa está junto al canal, desayunamos viendo el agua y los patos, eso sí, con unas hermosísimas nubes negras de fondo. Por la mañana sale un poco el sol, 15 minutos, y el resto, gris que te quiero gris. Aún no nos ha llovido pero sabemos que es cuestión de horas. Nuestra casa es la roja que se ve al fondo. Y la de la puerta verde fue la del genial pintor Francis Bacon.