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Mostrando entradas de julio, 2019

HAZTE UN TURCO AL VOLANTE

Para conducir en Turquía no hace falta sacarse el carnet internacional, reconocen el nuestro y así lo explica la página del ministerio. Pero ahí acaban las facilidades para conducir entre turcos porque creo que tienen otro código de circulación que nosotros no conocemos. Así que ahí van algunos consejos e indicaciones que te ayudarán a entender mejor cómo conducen los turcos y a sobrevivir con éxito en sus carreteras: - No uses nunca los intermitentes, bajo ninguna circunstancia. Bueno, sí hay una en que debes usarlos, pero los cuatro a la vez: cuando haya niebla. - Por consiguiente, cuando haya niebla, no uses las luces antiniebla. Ya sabemos que no sirven de mucho. Te lucirán más si las pones de día o cuando conduzcas por la autovía, así te verán mejor. - Si te mueres por usar los intermitentes, nunca lo hagas para indicar que vas a girar, los confundirás. Esto lo digo  absolutamente en serio. Mejor los usas para facilitar el adelantamiento, es decir, para indicar que pueden adela

RIZE Y LAS MONTAÑAS DE LA MIEL

El día 24 salimos de Yusufeli hacia RIZE, pasando por un impresionante puerto de montaña en ISPIR, de 2600 metros (Oyiyags Gecidis), lleno de nieve y vacas, e IKIZDERE, donde intentamos dormir pero no había dónde. Bueno, sí había, pero sólo uno, un complejo "termal" de superlujo (o eso dicen ellos) lleno de saudíes y kuwatíes y sus respectivas (y numerosas) mujeres de negro, tapadísimas, que miraban desde fuera mientras ellos se bañaban en la piscina. Era tan horrible todo lo que vimos mientras nos tomábamos un té (para sopar) que nos fuimos. Las 600 liras que costaba la habitación más sencilla también nos disuadió pero sobre todo porque no lo valía ni de lejos. Alguien muy listo había construido un refugio entre la frondosa vegetación de esa zona montañosa para "los del golfo", donde los traían en furgonetas de cristales oscuros a refugiarse entre un verde que allí no tienen y a cobrarles cinco veces más de lo que valía por cada cosa que les daban (ejemplo: el té n

EL WARAGOL SAHARA Y LASET

Los días se precipitan y apenas tengo tiempo para escribir así que hoy haré una entrada resumen de nuestros recorridos desde Kars a Yusufeli. El 19, 20 y 21 de julio convertimos KARS (y el hotel Konak, con un guapo y amable recepcionista turkmeno que hablaba inglés!) en nuestra base. Desde allí recorrimos los valles georgianos (y el monasterio de Oski), visitamos ANI (la ciudad armenia en ruinas patrimonio de la humanidad), el lago KUYUCUK (destino para los pajareros británicos que vienen hasta aquí para ver nosabemosqué porque nosotros no vimos casi nada) y SERIKAMIS (otro de los destinos de nieve famosos, más popular que Erzurum pero también muy bonito, aunque sin nieve entendemos que no es lo mismo), donde nos hicimos un trekking bajo la lluvia, después de hacer un picnic bajos los árboles. Lo más interesante de este paseo es que encontramos cientos, miles de fragmentos de obsidiana, ese mineral negro precioso. Se suponía que por allí también había lobos y osos pero mi instinto anim

ESCALA DE AMOR A LOS PERROS Y LOS GATOS EN TURQUÍA

En Turquía, como buenos musulmanes que son, aman a los gatos, eso ya lo sabía. Estambul ocupa el puesto número 1 de forma indiscutible. Allí el ayuntamiento y la gente colocan casitas para gatos en cualquier esquina, con sus plásticos encima para que no se mojen cuando llueve y elevadas, aunque sea, sobre unos ladrillos. También les dejan cacharros con comida y agua, que cualquiera que pase va reponiendo porque en todas las tiendas venden bolsas pequeñas de pienso para gatos. En realidad, son los hombres mayores los que más se ocupan de ellos. Navegando en un blog de una viajera, hemos descubierto que incluso han hecho un documental, KEDI (gato en turco), que cuenta la vida de siete de ellos, con sus diferentes personalidades, por las calles de la gran ciudad. Es de 2016, lo ha dirigido Cyeda Torum y ya ha recibido las mejores críticas. Aún no lo hemos visto, sólo puedo dejaros en enlace al trailer (https://youtu.be/lKq7UqplcL8) pero en cuanto volvamos a España lo buscaremos. En el

UN DISPARO DE NIEVE

Seguimos recorriendo los valles georgianos, camino de Kars, la gran cuidad de la zona (unos 75.000 habitantes). Estuvimos dudando si ir o no ir porque todo el mundo que encontramos en el camino nos decía que para qué. Pero menos mal que al final decidimos llegar hasta allí. Porque a Kars hay que llegar, no se pasa camino de ningún lugar, excepto Ani, la vieja ciudad armenia. Ubicada cerca de la frontera de Armenia (que está cerrada porque son "enemigos"), lo único que sabíamos de Kars era lo que Pahmuk, el gran escritor turco, nos contaba en su novela "Kar" (nieve en turco): una historia sobre un periodista de Estambul, llamado Ka, que se desplaza hasta allí en pleno invierno ("un lugar muy bonito, muy pobre y muy triste"), para investigar, bajo una nevada interminable, una serie de suicidios que estaban teniendo lugar entre muchachas jóvenes de la ciudad a las que obligaban a quitarse el pañuelo para acudir a clase. Turquía es un país musulmán pero a pr

RECOGIENDO MORAS EN LOS VALLES GEORGIANOS

De Erzurum seguimos ruta hacia UZUNDERE y los alrededores que son famosos por alojar lo que llaman "los valles georgianos", unos pequeños paraísos verdes regados por riachuelos ubicados en las gargantas de unas montañas enormes y áridas, suaves y envejecidas, que esconden pequeños pueblos cuya singularidad es tener escondidos en la vegetación restos de antiguas iglesias georgianas (s.X-XII) cayéndose a pedazos y que, según la guía, mezclan estilos armenio, persa y seyúcida. Por lo que se ve, esta región fue parte del reino georgiano, claro, no se iban a venir hasta aquí a poner una iglesia cristiana en territorio infiel. El resultado son construcciones macizas, hechas a base de bloques de piedra de colores que alternan tonos claros y oscuros con rojizos, que es la piedra que más abunda por aquí, una piedra ligera, porosa, como de apariencia volcánica. La verdad es que son muy parecidas a las que luego veríamos en la maravillosa ANI, antigua capital armenia ubicada en la misma

REZAD, REZAD EN ERZURUM

Nuestra primera parada en el viaje fue la ciudad de Erzurum, donde pasamos una noche (el 17 de julio) en el hotel Saltuk (por unos 35 euros). La recorrimos en un rato, por la noche, porque todos los monumentos se ubican en la misma calle. La verdad es que tiene un patrimonio destacable, con varias mezquitas y madrasas del s. XII-XIV que nos soprendieron por su construcción de ladrillos rojos y la decoración de sus fachadas con mosaicos azules. También tiene un castillo del s.V y una muralla, que abraza a la ciudad. De todas las mezquitas destacaba la Lala Pashe, en la que Mimar Sinan probó el modelo, en escala reducida, que luego usaría para la Sultan Ahmed de Estambul (la Mezquita Azul), y la madrasa del doble minarete, que lucía preciosa iluminada por fuera. Erzurum no me robó el corazón ni dejó mucha huella en mi memoria excepto por dos cosas: el helado (dondurma) que me comí en la calle mayor, que me dieron bañado en chocolate caliente, que se endureció al contacto con el frío (y

EL AEROPUERTO DE LA AMABILIDAD

El 17 de julio volamos desde Estambul a Erzurum, una ciudad mediana (unos 400.00 habitantes) en el noroeste de Turquía, donde recogíamos el coche que habíamos alquilado para movernos por la zona. Nota práctica, que me ha costado aprender. Para llegar y salir del nuevo e impresionante aeropuerto de Estambul (cerraron el viejo Ataturk, que se les había quedado pequeño, y ahora está mucho más lejos de la ciudad, a una hora de coche) hay varias opciones: el típico transfer privado en el que alguien te espera en la puerta de llegadas con tu nombre en un cartel y te lleva a tu hotel (unos 20 euros por persona) - lo mismo que un taxi-; un transfer colectivo, en pequeñas furgonetas amontonados, que te gestiona normalmente el hotel (unos 8 euros por persona) o el autobús HAVAIST que es lo más! Por 3 euros te llevan en un superautobús de lujo hasta la misma puerta de Santa Sofía y viceversa. Sale cada media hora y es superrecomendable. Es el que usan los turcos, claro. La experiencia en el aero

DE KADIKOI A KARAKOI

Antes de perdernos por la Anatolia del noreste turco, no pudimos resistirnos a visitar por quinta vez Estambul. Imagino que cien veces que viniera, cien veces que me volvería a enamorar de esta ciudad, la ciudad de las ciudades. Porque como leí en un bar escrito en las paredes: "si en la tierra sólo hubiera un país, Estambul sería su capital". Y puestos a elegir, de todas las que yo conozco, mejor Estambul que ninguna. Esta vez nos centramos sólo en un par de barrios: el alternativo Kadikoi, en el lado asiático, y el moderno Karakoi, en la orilla europea, aunque nos alojamos en Sirkeci, el más turístico de los tres, por comodidad para movernos a cualquier parte (hotel Maywood, estuvimos en la gloria). Porque también visitamos la Mezquita Azul, el Gran Bazar y todas esas cosas que hay que ver cuando vas por primera vez a Estambul. Y si ya las has visto, te puedes centrar en otras cosas, puedes observar más los detalles, las personas, los gatos... y las disfrutas igual porque

¿OTRA VEZ TURQUÍA?

Sí, otra vez Turquía! Este año hemos decidido volver por tercera vez a perdernos por las carreteras secundarias de este país que sentimos como algo nuestro. Ya lo hicimos antes por la Capadocia remota, lejos de los autobuses de japoneses, y unos años después por la costa del Egeo, que recorrimos hasta Antalia, pasando por Izmir que tanto nos gustó. Alquilamos un cochecillo (siempre menos de lo que necesitaríamos), echamos lo imprescindible a la maleta (siempre más de lo que acabamos necesitando) y nos dedicamos a deambular por esas zonas, mapa en mano, en las que apenas puedes leer los nombres de los pueblos, si aparecen, y tampoco hay información turística sobre ellas. Un slow travel en toda regla en el que recorremos cada día, como máximo, 100-150 km, y la mayoría muchos menos. De Turquía nos gusta todo menos su música. Mejor decirlo antes de empezar: no hay quién escuche la radio en el coche. Sólo tienes dos opciones: letanías infinitas del Corán que te inducen al trance y dan un s