Esta entrada la escribo desde Dilijan, en Armenia. Hace ya un par de dias que estamos viajando por este maravilloso pais lleno de gente amable pero antes de empezar a contaros cosas de aqui, queria cerrar con algunas otras sobre Georgia, que aun no habia podido escribiros.
La primera es constatar lo que ya os habia ido diciendo antes, en entradas anteriores. La gente de Georgia NO es amable. Ahora que estamos en Armenia lo puedo certificar. Los georgianos son asperos y les cuesta mucho comunicarse. De hecho, no ponen ningun empenyo en hacerlo, aunque hemos encontrado estupendas excepciones, claro, personas encantadoras que nos han ayudado como han podido e incluso nos han regalado, con gran esfuerzo por su parte, alguna sonrisa. No sabemos por que son asi, suponemos que es la influencia rusa. Eso si, los paisajes son mucho mas poderosos que en Armenia. Suponemos tambien que es cuestion de desarrollo economico. Georgia no parece estar en la misma situacion que sus vecinos armenios. Todo estaba mas deteriorado, exceptuando Batumi, Signaghi y algun otro espejismo mas. Pero el resto del pais esta absolutamente empobrecido, diga lo que diga su moderno presidente. Como consecuencia, los precios son mas bajos, claro.
La segunda es el tema de la comida. Tampoco es tan rica y variada como nos habian dicho. Quiza ese ha sido el problema, que nos habian hablado de tantas delicias georgianas... Ni siquiera su famoso vino iguala el nuetro, a pesar de la insistencia de ellos en decir "hermanos, Espanya, Georgia, vino, hermanos". En Armenia somos felices porque hasta tienen algo parecido a nuestro jamon serrano, el basturma, que esta bueniiiiiiiiiiisimo, o al menos a nosotros nos lo parece despues de quince dias comiendo "bacon" mortadelero. Como son tan sosos los georgianos, su comida tambien lo es. No usan salsas ni especias. Por ejemplo, los famosos jinkalis, esos tortellini gigantes llenos de carne caldosa, estamos convencidos que ganarian mucho con una salsita aunque fuera de tomate y un poquito de oregano. O que decir de esos pinchitos que nos sirven con la cebolla cruda! El otro dia no me pude aguantar y les pedi que le dieran una pasadita por la plancha a la cebolla. Casi se me saltaban las lagrimas de la emocion! De los postres no hay nada que decir, No existen, excepto en Batumi. Lo mas dulce que hemos encontrado (y no atrevido a probar) son unas tartas de veinte pisos de merengue de colorines que no nos resultaban apetecibles. Ah, y helados, de vainilla y nada mas. Con el monte lleno de exquisitas moras que tienen! O esas sandias estupendas, por que no las usan para hacer zumos? No hemos encontrado ni un solo puesto en la calle que te la vendiera ya cortadita y fresca, como hacian en Brasil por ejemplo, mmm. En fin, ellos son asi.
El tema de la polisemia gastronomica tambien se confirma. Nos ha vuelto a pasar con la "pizza" (pedimos una en Akhaltshike, en un restaurante mono y fino, con manteles de seda y buena musica, y nos pusieron un trozo de pan con ketchup y mayonesa gratinada, casi morimos esa noche los tres) y con la "hambuerguesa con queso" (esta vez fue en Gyumri, nos pusieron un panecillo de perrito caliente disecado con jamon york, queso agrio y tomate). Conclusion a la que hemos llegado: no volver a pedir nada de comida que creamos saber lo que es, porque no lo sera. Mejor arriesgarse y senyalar a ciegas en la carta, que siempre es bilingue, en ruso y georgiano, o en ruso y armenio, sabiendo que los tres se escriben con alfabetos diferentes, y que o que para unos en una "p" para los otros es una "t" y para los otros una "s". Asi que parecemos espias, descifrando mensajes en clave. Eso las que entendemos, porque hay muchas otras letras rarisimas: la "u" con un palo abajo es una "a", la "a" con el palo mas bajo no es una "a"... Un lio. Ahora nos hemos dado cuenta que tendriamos que habernos concentrado en aprender solo ruso, y dejarnos el georgiano y el armenio, porque todo el mundo lo entiende, vayas donde vayas: pa ruski? Da, da.
Otra cosa interesante es la relacion de las vacas y la velocidad. Georgia esta llena de vacas que se pasean por donde quieren, como en la India, sin que nadie las moleste, incluyendo nacionales y carreteras supertransitadas. Curiosamente, no hemos vista ni una sola atropellada aunque a punto hemos estado alguna vez. Al final hemos llegado a la conclusion de que, como los georgianos son tan macarras conduciendo (no hay semaforos, por ejemplo, y los pasos de cebra son absolutmente decorativos, jamas nos han parado en ninguno para dejarnos pasar), debe ser el sistema que la policia georgiana usa para controlar la velocidad. Sueltan las vacas y ya esta, ellos reducen, porque eso si, no es que adoren a sus animales (ya os conte la cantidad de perros callejeros que hay) pero tampoco los maltratan. Simplemente los dejan estar por ahi.
En definitiva, Georgia me ha parecido un pais interesante, con un pasado y un presente revuelto que no tiene pinta de resolverse pronto, lo cual ralentizara definitvamente su necesario despegue economico, condicionado absolutamente a los impuestos que cobra a sus vecinos rusos y azeries por usar su territorio como paso de combustibles (petroleo y gas) del Caspio al Negro, camino de Europa.
La primera es constatar lo que ya os habia ido diciendo antes, en entradas anteriores. La gente de Georgia NO es amable. Ahora que estamos en Armenia lo puedo certificar. Los georgianos son asperos y les cuesta mucho comunicarse. De hecho, no ponen ningun empenyo en hacerlo, aunque hemos encontrado estupendas excepciones, claro, personas encantadoras que nos han ayudado como han podido e incluso nos han regalado, con gran esfuerzo por su parte, alguna sonrisa. No sabemos por que son asi, suponemos que es la influencia rusa. Eso si, los paisajes son mucho mas poderosos que en Armenia. Suponemos tambien que es cuestion de desarrollo economico. Georgia no parece estar en la misma situacion que sus vecinos armenios. Todo estaba mas deteriorado, exceptuando Batumi, Signaghi y algun otro espejismo mas. Pero el resto del pais esta absolutamente empobrecido, diga lo que diga su moderno presidente. Como consecuencia, los precios son mas bajos, claro.
La segunda es el tema de la comida. Tampoco es tan rica y variada como nos habian dicho. Quiza ese ha sido el problema, que nos habian hablado de tantas delicias georgianas... Ni siquiera su famoso vino iguala el nuetro, a pesar de la insistencia de ellos en decir "hermanos, Espanya, Georgia, vino, hermanos". En Armenia somos felices porque hasta tienen algo parecido a nuestro jamon serrano, el basturma, que esta bueniiiiiiiiiiisimo, o al menos a nosotros nos lo parece despues de quince dias comiendo "bacon" mortadelero. Como son tan sosos los georgianos, su comida tambien lo es. No usan salsas ni especias. Por ejemplo, los famosos jinkalis, esos tortellini gigantes llenos de carne caldosa, estamos convencidos que ganarian mucho con una salsita aunque fuera de tomate y un poquito de oregano. O que decir de esos pinchitos que nos sirven con la cebolla cruda! El otro dia no me pude aguantar y les pedi que le dieran una pasadita por la plancha a la cebolla. Casi se me saltaban las lagrimas de la emocion! De los postres no hay nada que decir, No existen, excepto en Batumi. Lo mas dulce que hemos encontrado (y no atrevido a probar) son unas tartas de veinte pisos de merengue de colorines que no nos resultaban apetecibles. Ah, y helados, de vainilla y nada mas. Con el monte lleno de exquisitas moras que tienen! O esas sandias estupendas, por que no las usan para hacer zumos? No hemos encontrado ni un solo puesto en la calle que te la vendiera ya cortadita y fresca, como hacian en Brasil por ejemplo, mmm. En fin, ellos son asi.
El tema de la polisemia gastronomica tambien se confirma. Nos ha vuelto a pasar con la "pizza" (pedimos una en Akhaltshike, en un restaurante mono y fino, con manteles de seda y buena musica, y nos pusieron un trozo de pan con ketchup y mayonesa gratinada, casi morimos esa noche los tres) y con la "hambuerguesa con queso" (esta vez fue en Gyumri, nos pusieron un panecillo de perrito caliente disecado con jamon york, queso agrio y tomate). Conclusion a la que hemos llegado: no volver a pedir nada de comida que creamos saber lo que es, porque no lo sera. Mejor arriesgarse y senyalar a ciegas en la carta, que siempre es bilingue, en ruso y georgiano, o en ruso y armenio, sabiendo que los tres se escriben con alfabetos diferentes, y que o que para unos en una "p" para los otros es una "t" y para los otros una "s". Asi que parecemos espias, descifrando mensajes en clave. Eso las que entendemos, porque hay muchas otras letras rarisimas: la "u" con un palo abajo es una "a", la "a" con el palo mas bajo no es una "a"... Un lio. Ahora nos hemos dado cuenta que tendriamos que habernos concentrado en aprender solo ruso, y dejarnos el georgiano y el armenio, porque todo el mundo lo entiende, vayas donde vayas: pa ruski? Da, da.
Otra cosa interesante es la relacion de las vacas y la velocidad. Georgia esta llena de vacas que se pasean por donde quieren, como en la India, sin que nadie las moleste, incluyendo nacionales y carreteras supertransitadas. Curiosamente, no hemos vista ni una sola atropellada aunque a punto hemos estado alguna vez. Al final hemos llegado a la conclusion de que, como los georgianos son tan macarras conduciendo (no hay semaforos, por ejemplo, y los pasos de cebra son absolutmente decorativos, jamas nos han parado en ninguno para dejarnos pasar), debe ser el sistema que la policia georgiana usa para controlar la velocidad. Sueltan las vacas y ya esta, ellos reducen, porque eso si, no es que adoren a sus animales (ya os conte la cantidad de perros callejeros que hay) pero tampoco los maltratan. Simplemente los dejan estar por ahi.
En definitiva, Georgia me ha parecido un pais interesante, con un pasado y un presente revuelto que no tiene pinta de resolverse pronto, lo cual ralentizara definitvamente su necesario despegue economico, condicionado absolutamente a los impuestos que cobra a sus vecinos rusos y azeries por usar su territorio como paso de combustibles (petroleo y gas) del Caspio al Negro, camino de Europa.
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