Después de Prienne, pasamos la mañana visitando el Delta del río Meandro, que da nombre, como os podéis imaginar, a todos los meandros del mundo. Es un río que tiene la peculiaridad de haber arrastrado tantos sedimentos a lo largo de su vida que ha ido rellenando las zonas más próximas a su desembocadura y provocando que Prienne y Miletos, por ejemplo, ahora estén separadas por una inmensa llanura cuando en su época se llegaba de una a otra en barca. Hemos encontrado un mapa visitando las ruinas de Prienne que lo explica muy bien. Comimos a las orillas de lago Bafa una rica lubina con ensalada en un chiringuito al borde mismo del agua, con las mesas y las sillas literalmente encima del agua, mientras observábamos divertidos a una familia de patos deambular entre las piernas de los que allí estábamos.
Por la tarde, con la "fresca" (aquí las temperaturas son altísimas y no refresca ni por la noche), visitamos en el mismo lago, bordeándolo, un pequeño pueblo, Kapikini, con la idea de tomarnos un té y decidir hacia dónde seguíamos la ruta. La pequeña carretera que conducía al pueblo atravesaba, a su vez, unos cuantos pueblecitos agrícolas y ganaderos pero lo que más nos gustó fue una acumulación de piedras enormes que empezó a aparecer ante nuestros ojos, salpicada de olivos. Como ya os contaba, aquí los olivos no se cultivan. Se aprovechan las tierras bajas para los cereales, el maíz, el algodón... y se deja que los olivos encuentren su lugar en las faldas de las montañas. Por fin he entendido bien qué significaba eso que dicen en la biblia del "monte de los olivos" porque todo son montes de olivos!!!.
Cuando llegamos a Kapikini un montón de mujeres salieron a nuestro encuentro, para intentar vendernos souvenirs horrorosos de plástico y colorines, lo cual nos desconcertó un poco. Nos decían: "teatro, cinco minutos" y nos señalaban para que condujéramos entre las estrechísimas calles del pueblo. ¿Teatro? ¿Cinco minutos? ¿Aquí??? Les hicimos caso y en cinco minutos nos quedamos atrapados por un camión que descargaba hierros. Gran bronca entre las mujeres y los del camión por lo que entendimos era una osadía por parte de ellas, al habernos conducido hasta allí. Cuando se deshizo el lío, paramos en un café. Y oh sorpresa! El café era otro sitio monísimo, refugio de unos cuantos turistas alemanes. Pero qué hacía aquello tan interesante? Y de repente nos dimos cuenta. El pueblo estaba construido sobre las ruinas de otra ciudad griega más, literalmente. El primer metro de las peredes de las casas estaba hecho de los grandes bloques de piedra que utilizaban los griegos, y donde no llegaban más las piedras, pues la gente había seguido poniendo sus ladrillos. El templo de Atenea estaba al doblar la esquina, los baños griegos en el patio de la casa de la señora de enfrente, y así todo. Fue precioso, una gran sorpresa. La ciudad se llamaba Heraclea.
En el café conocimos al hijo del dueño que era fotógrafo. Nos contó un montón de cosas (se dedicaba a organizar viajes fotográficos para la gente que quería ver pájaros o hacer fotografía nocturna) y nos enseñó muchas de sus fotos, entre las que pude ver algunas de las peleas de camellos que por aquí son típicas aunque casi secretas. Como os podéis imaginar, no me hizo ni pizca de gracia, pero son costumbres de la zona y me callé porque él me las mostraba muy orgulloso. El café estaba decorado con las mejores muestras de artesanía de todo el país: preciosas alfombras de fieltro, lámparas hechas con calabazas vacías, ristras de canela entre las que se insertaban los famosos ojos turcos...
Esa noche dormimos en Milas, una ciudad anodina cuya única peculiaridad es ser un cruce de caminos. Dormimos en un hotel anodino, sin nigún encanto, y que resultó ser, además, el más caro del viaje. Esas cosas pasan y ya nos las conocemos: cuanto menos turismo hay, peor es la oferta y más cara. El desayuno, lamentable. Ni siquiera nos pusieron pepino!
He aacabado de leer tu comentario,es un gran viaje ,cuantas cosas podeis contar y yo que no tengo que contar nada,hoy está haciendo menos calor de vez en cuando se nubla un poquito y hace un poco de aire. En fin que continue el viaje viendo tantas cosas maravillosa-BESOS MAMA
ResponderEliminarSisteeeeeeer, trae ISOT. Ya te lo dije en comentario anterior pero como no dices nada, te lo recuerdo. Besosssss
ResponderEliminarYa llevamos tres bolsas en el maletero :) es que estamos de relax total y no he tenido fuerzas para escribir!
ResponderEliminarahora leo porque no escribiste ayer, piensa que el viaje es para que esteis tranquilos y no para perder las fuerzas. Un abrazo Mama
ResponderEliminarFELICIDADESSSSSSS, Mateo!!!! Besos
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