Qué bien tener noticias de todos! Gracias por los comentarios, nos reconfortan en la distancia! Me alegra mucho que la gata haya resucitado por enésima vez. Definitivamente con ella batiremos un récord, vivirá mil años la muy guerrera. Gracias por la paciencia, hermano! Mami, qué bien que ya puedas escribirnos! Anita, qué bien suena esa cena post-tangerina! Néstor, Pepe, que sorpresa tan buena leeros!
Hoy me pongo al día con tres entradas seguidas desde un hotel estupendo con wifi, el Great Jubilee de Sultan Bathery, en el estado de Kerala, donde hemos venido para visitar un parque natural en el que se supone podremos ver tigres y elefantes. De momento, en el viaje hasta aquí, hemos tenido que atravesar una zona del parque y era maravilloso. Árboles gigantes de bambú, tan grandes y altos como nunca imaginé que podrían ser, 15-20 metros? No sé, la vista se perdía hacia arriba... Os cuento de dónde venimos.
Mysore es uno de los núcleos comerciales del sur de la India. Famoso por sus sedas, aceites de esencias y, sobre todo, incienso natural, que es lo que nos trajo hasta aquí, también parece imprescindible visitar el palacio de nosequién marajá, el más grande del país según cuenta la guía, que atrae en riadas a los propios indios, que se quedan fascinados con su diseño "minimalista" y su "discreta" decoración, en la que el oro y las filigranas se desbordan. Nosotros no hemos ido a verlo. No nos hacía mucha ilusión pero aún así lo intentamos el domingo. Error, las colas eran absolutamente infinitas. Y en India infinito significa infinito (aquí ya no cabe nadie más!. Hay más indios por kilómetro cuadrado que chinos, pero muchos más!!!). Nos rendimos, no teníamos ganas de apretujarnos en colas interminables durante horas. Eso sí, llegamos a tiempo de verlo encendido después, por la noche, aunque fuera dos minutos, después de atravesar una multitud de personas y coches de caballos que se agolpaban en la puerta como si de la inauguración de la Feria de Sevilla se tratara pero multiplicado por mil!Hemos pasado dos días por aquí, callejeando por sus plazas y mercados. El primer día nos tuvimos que alojar en el hotel que pudimos porque era fin de semana y estaba todo incomprensiblemente completo. Digo incomprensiblemente porque Mysore sólo es un enjambre de tiendas, sin más atractivo que una estatua dorada y enorme de Gandhi, el palacio famoso y algunas zonas de los alrededores. Pero el segundo día nos mudamos al Parklane, nuestra primera opción, un lujo de hotel, con piscina incluida en la quinta planta, con vistas únicas sobre la ciudad, que disfrutamos para nosotros solos porque aquí nadie se baña en esta época. Además, nos regalaron un neceser lleno de algunas cosas incomprensibles para nosotros que hemos abandonado en el hotel por pura falta de espacio.
Lo de las flores es impresionante. Las usan para todo, para decorar los templos, los altares, las casas y hasta el pelo de las mujeres. Flores de verdad, que huelen a flores, no como en España, donde hace tiempo que confundimos el olor de las nubes con el de las flores... Jazmín, azahar, crisantemos, rosas, lotos... Mmmm, un espectáculo maravilloso de sensualidad y delicadeza que convive sin problemas, al más puro estilo indio, con la otra cara de la belleza: la suciedad y los malos olores que tan fáciles de encontrar son aquí, en cualquier esquina.
El precio del incienso
Mi único objetivo en Mysore era comprar incienso natural. La guía dice que aquí se fabrica el que consume todo el país así que nada más llegar nos lanzamos a callejear esperando encontrar miles de tiendas de incienso, una en cada esquina. Sorpresa. Después de una hora calle arriba, calle abajo, ni rastro. Preguntemos, no puede ser tan grande Mysore, no puede ser tan difícil... Un chico nos indicó una casa y allá que fuimos. Otro chico muy amable nos invitó a entrar, nos explicó todo el proceso de fabricación, nos enseñó todos los olores disponibles y nos invitó a sentarnos en una habitación, como si de elegir joyas se tratara. Por allí había pasado todo el mundo porque así lo contaban las paredes, llenas de firmas y dedicatorias. Según nos contó el sitio era famoso en las guías de yoga y todos los entusiastas se arrastraban en procesión hasta su tienda. Mmmm, mosqueo. Ya he aprendido a no fiarme de esas cosas. Pasemos al precio. Ok. Cuánto cuestan 100 gramos? Pues el de sándalo, que es el mejor y el más caro, 1600 rupias (20 euros). Se nos descuadró la cara. Eso es lo que vale en España! Vale, no será tan bueno ni tan superespecial como el que nos estaba ofreciendo, pero es que nosotros no hacemos yoga y no somos tan superespeciales tampoco. Además, no buscábamos la excelencia del mejor incienso posible, sólo incienso natural para nuestra nueva casa, y a mejor precio que en España, claro. Le dimos las gracias y salimos asustados. Ésta era la meca del incienso en India? Vaya chasco...
Seguimos callejeando, llegamos a un mercado, preguntamos en un puesto en el que vimos que vendían del artificial (el que va envasado) y nos dijo que fuera, al salir por esa puerta, había varios puestos que vendían del bueno. Estupendo, lo teníamos! Encontramos uno pequeñito, regentado por un musulmán, que tenía unos estupendos. Cuánto? 100 varillas, 400 rupias, 5 euros (eso eran más de 100 gramos porque en 100 gramos entran unas 60 varillas, ya hemos aprendido a contar de ojo y al peso). Genial, nos lo llevamos tan felices. 100 varillas de momento, ya vendremos a por más. Muchas gracias!
Al día siguiente, otra vez a la calle en busca de los paraísos del incienso. Otro mercado, más grande. Entramos. Flores por todas partes. Y por fin los puestos de incienso natural. Cuánto? 40 rupias. Pensamos que no estábamos entendiendo bien. 40 o 400? 40 rupias (0,50 euros), cien gramos, 60 varillas. Se nos quedó cara de idiotas. Ok, nos llevamos 100. Siguiente puesto: cuánto? 50 rupias. Ok, nos llevamos otros 100 gramos. Siguiente puesto: cuánto? 20 rupias!!! No nos lo podíamos creer. Seguimos preguntando y esos eran los precios reales, entre 20 y 40 según el olor que eligieras. 50 los más especiales. Nagchampa (que ahora sé que es el nombre de esa maravillosa flor que me regalaron en Mumbai y que olía tan bien, esa amarilla que aparece en alguna foto) y sándalo eran los más caros pero el de canela, a diferencia del sintético que venden en España, también nos encantó. Además, nos enseñaron cómo lo hacían, un niño trabajaba en la trastienda haciendo demostraciones a los turistas incrédulos.
En definitiva, me pasé el día de puesto en puesto, buscando nuevos olores, nuevos precios, mientras Mateo se lo pasaba bomba haciendo fotos por el mercado. Y aprendí que el precio del incienso en la India puede oscilar de 1600 rupias a 20, así son las cosas aquí.
pues si hermana la inmortal se ha pasado ahora al jamon en barra y se papea una taza cada dos horas comienza a las siete hasta medianoche ,como la vera la holga que ya la corretea le empuja con el morro la coje por la cabeza y la otra tan simpatica como siempre , pero por lo menos se mueve muy bien , el resto de la tropa a su aire ,el lomo muy bien ,en el campo se me pierde ,pero siempre me encuentra yo lo llamo mi pinche de cocina ,el rocco en su linea
ResponderEliminarcomo puedes ver pocas novedades .
cuidaros
Genial! Gracias mil, brother!!! En la distancia todo se me antojan problemas, pienso siempre en lo peor y os echo mucho de menos a todos. Hoy salimos de viaje rumbo más al sur pero aún no sabemos dónde. Ya hemos llegado a la cumbre de la despreocupación. Iremos a la estación de autobuses y el primero que salga, ahí nos subiremos. Nos hemos cansado de estar pendientes de horarios así que no sé dónde dormiremos esta noche. Nuestro objetivo son los blackwaters de Kerala pero desconocemos si podremos llegar hoy así que a lo mejor dormimos a medio camino. Como las carreteras aquí son tan horrorosas, y en esta zona no hay tren, hacer 200kms es una aventura. Avanzamos lentos y el monzón nos acompaña todo el camino. Besos apretaos a todos!
ResponderEliminarP habr,aor lo menos voy a escribiros algo, aqui en este mes de agosto tan caluroso poco hay que contar , salir con coco una horilla, comprar algo de comida y a LA CASA y por la noche por el estilo, las cuatro vecinas que quedan en los vancos sentadas charla un ratillo na da en especial. No me cuentas nada sobre el YOGA supongo que ahí habra mucho que contar. bueno niños ya queda menos para veros ABRAZOS
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