Paseando por Pérgamo me dí cuenta que muchas piedras llevaban una especie de hendiduras, cuadradas o redondas, que interpreté como agujeros en los que se insertaban otras piezas pequeñas, como "tacos! de piedra, que, a su vez, se insertarían en otras mayores, exactamente igual que funcionan los muebles de ikea. Y me pareció muy lógico porque con lo listos que eran los griegos, ¿qué sentido tendría complicarse la vida haciendo columnas de una pieza si podían hacerlas en varias?. Por otro lado, me surgió la duda si esa fue una de las causas de que, al final, los palacios se les derrumbaran...
Mateo dice que lo que nos encontramos en Efeso no era nada (y eso que madrugamos) comparado con los turistas que visitan el Partenón de Atenas o el Coliseo de Roma. Pero yo no había visto nada igual en mi vida, ni siquiera en las fiestas de la espuma de la Zaira! Llegaban a cientos, a miles, y no paraban de llegar, en autobús, en coche, a caballo... Con sus chanclas y sus estrafalarias vestimentas, rojos como tomates, todos recién "descargados" de los megacruceros que recorren el Egeo. Un horror. Algo bueno? Que podías hacerles fotos y ni se enteraban; había tantas cámaras apuntando a todas partes, réflex, móviles, tablets, que nadie te decía nada ni se molestaba. Así que alí empecé mi nuevo proyecto fotográfico: "mujeres (turistas) fotógrafas". Me dí cuenta que las mujeres hacen muchas menos fotos que los hombres, que suelen ser las sufridas modelos que aguantan al sol en las poses más ridículas si ellos se lo piden, pero que algunas sí que hacían. Eran rápidas, co...
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