El viejo puerto de Tánger, en plena remodelación |
El viejo puerto está en plena transformación. Tras la construcción del gran Tánger Med, junto a Melilla, se anuncia una gran reforma orientada a recuperar este espacio para el ocio de los tangerinos. Ampliación de la playa, nuevo puerto deportivo, grandes paseos y avenidas... algo que hemos visto cómo sucedía en tantas ciudades españolas y que, aunque se nos parta el corazón, significará, probablemente, una enorme alegría para la ciudad, un nuevo lugar para el encuentro, si no lo estropean con siete centros comerciales en las afueras.
La necrópolis de Hafa, al atardecer |
El hotel Continental, donde nos alojamos, es otro sitio privilegiado. Aunque tuvo tiempos mejores, como casi todo en Tánger, conserva parte del sabor de su pasado majestuoso y sigue siendo el hotel favorito de los turistas con ganas de enamorarse de la ciudad. Los desayunos al sol, en la terraza mirando al mar, son maravillosos. Y nuestra habitación casi parece una suite porque, después de renunciar a una pequeña doble con vistas a la bahía porque tenía dos camas individuales, ante la mirada atónita del hombre de la recepción, nos dieron una con vistas a la medina y el hammán (y cama matrimonial!), que resultó mucho mejor. Tenemos baño tradicional, con las paredes enlucidas con tadelakt azul (lo que en Cartagena dice Mateo que llaman "jaboncillo" porque se acaba con jabón y cera), butaca, alfombra y hasta chimenea!. Estamos encantados.
Eso sí, los desayunos del Continental carecen del amor marroquí que en tantos otros lugares hemos disfrutado: que si pan recién hecho, que si miel casera, que si unos huevos frescos revueltos, que si unas aceitunas... Nada, de eso nada. Bollería industrial y quesitos es todo. Por eso esta mañana, Mateo y yo, hemos decidido ir hasta la famosa churrería de la calle México, la única que queda en la ciudad, a buscar alternativas: unas ricas porras y un delicioso té a la menta.
Hoy seguiremos explorando la ciudad en busca de hoteles y galerías para el proyecto que queremos hacer con el Cervantes, aunque yo me voy a quedar en el hotel trabajando, preparando esas nuevas postales de Cienojos que queremos imprimir aquí, para probar.
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