El viaje a Dublín ha resultado ser un viaje en el tiempo en todos los sentidos. Aquí las casas y las calles parecen (son) de época. Todo tiene doscientos años, así por encima. No tiran nada, todo lo reforman, lo repintan y lo estrenan. Es precioso. Además, también está resultando un viaje en el tiempo (meteorológico) porque hemos vuelto al invierno. Hace un frío que pela y no me quito el chaquetón en todo el día. Y por la noche, pijama de invierno! Nuestra casa está junto al canal, desayunamos viendo el agua y los patos, eso sí, con unas hermosísimas nubes negras de fondo. Por la mañana sale un poco el sol, 15 minutos, y el resto, gris que te quiero gris. Aún no nos ha llovido pero sabemos que es cuestión de horas. Nuestra casa es la roja que se ve al fondo. Y la de la puerta verde fue la del genial pintor Francis Bacon.
El viaje a Dublín ha resultado ser un viaje en el tiempo en todos los sentidos. Aquí las casas y las calles parecen (son) de época. Todo tiene doscientos años, así por encima. No tiran nada, todo lo reforman, lo repintan y lo estrenan. Es precioso. Además, también está resultando un viaje en el tiempo (meteorológico) porque hemos vuelto al invierno. Hace un frío que pela y no me quito el chaquetón en todo el día. Y por la noche, pijama de invierno! Nuestra casa está junto al canal, desayunamos viendo el agua y los patos, eso sí, con unas hermosísimas nubes negras de fondo. Por la mañana sale un poco el sol, 15 minutos, y el resto, gris que te quiero gris. Aún no nos ha llovido pero sabemos que es cuestión de horas. Nuestra casa es la roja que se ve al fondo. Y la de la puerta verde fue la del genial pintor Francis Bacon.
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