Por eso le llaman "paraiso"...
Acabamos de llegar a Beira, la segunda ciudad más grande del país, después de la capital, Maputo. Bueno, llegamos anoche, cenamos, nos dimos una vuelta por la desolada plaza del ayuntamiento, la cual, sin duda, conoció días mejores, y nos acostamos en, el que probablemente sea, uno de los hoteles más cutres del viaje. Esta manyana con sol la ciudad parece otra cosa. Ha vuelto la vida a las calles y al fondo asoma la playa. Aún así estamos decididos a cambiarnos de hotel, si pudiera ser, porque Eduardo no ha pegado ojo por culpa de la "discoteca" que tenemos enfrente, un lugar donde la música ha atronado toda la noche, mientras las mujeres entraban y salían, acompanyadas de hombres diferentes, mientras otros hombres intercambiaban dinero con esos hombres. Así son las grandes ciudades.
Hemos pasado unos días maravillosos en Inhambane, donde visitamos la isla de Magaruke, en el archipiélago de las Bazaruto. Es una isla desierta en la que sólo existen unos cuantos resorts de lujo, de los de 700 euros la noche, construidos con muy buen gusto y totalmente integrados en el entorno, con poco ladrillo y mucha canya. De los que salen en las revistas. Parece que monarcas y demas trabajadores del ocio pasan sus días aquí. Contratamos un viaje organizado para nosotros solitos. Los hombres que nos llevaron hasta allí, además de las gafas de bucear y las aletas, traían esterillas para que nos pudiéramos sentar a comer esos peces de la foto, que pescaron para nosotros.
De allí nos mudamos a Inhassoro, un poco más al norte, y nos instalamos en un hotel, Casa Luna, a pasar tres días como si fuéramos principes, pero más trabajados. El lugar era increíble, con tiendas de campanya "luxury", como decía su publicidad, frente a un mar diferente, una vez más, al que habíamos encontrado en Tofo (arrebatado) e Inhambane (relajado). Allí nos dedicamos a visitar otra isla del archipiélago, Santa Carolina, en uno de esos barcos tradicionales que os contaba Eduardo, de los que usan los pescadores y todavía van a vela, milagrosamente. En esta isla no había nada más que un hotel abandonado, de la época de los portugueses, y una iglesia modernísima, también abandonada. Ah, y diez misteriosos hombres que vivían cuidando la ruina.
Ahora se nos acaba el viaje. Ya hemos empezado el regreso. Nuestros planes son pasar un día aquí, en Beira, visitando la que fue "la joya de la colonia", porque de aquí sale el avión que nos llevará a Johanesburgo. De allí nos mudaremos a Pretoria, en Sudáfrica, donde pasaremos otro día, y vuelta a Johanesburgo, para embarcarnos definitamente hacia Madrid. No queremos hacer noche en la gran ciudad porque dicen que es muy peligrosa. Por eso preferimos mudarnos a Pretoria, que está muy cerca y es más tranquila.
Me quedan mil cosas que contaros, como hablaros de los maravillosos atardeceres africanos, los impresionantes cielos estrellados, los exhuberantes colores de las telas que usan las mujeres (llevo unas cuantas!), del extranyo carácter mozambiquenyo que, también es verdad, ha ido mejorando según nos aproximábamos al norte, de la embriagadora música... Por cierto, paso unos cuantos nombres que nos han recomendado, por si alguien se anima a bucear en la red:
POSETIVO
JIMMY DLUDLU
GITO BALDI
GHO ROWANE
(a éstos los escuchamos una noche en un bar de Tofo, había una sesión del Dj Bana, que pinchaba "dance-groove", y me gustaron mucho)
EKON
MC-RODGER
VALDIMIRO JOSE
MARLEN
HIZHA JAMES
ZIÇO
MAHEL
H2O
WIZE-MASSUKE
ZAIDA-CHONGO
(éstos nos los recomendó Pedro, un amigo que nos echamos en Inhassoro)
Bueno, este será el último post del viaje. A partir de ahora me quedan aeropuertos y taxis sin fin, así que la próxima vez que nos encontremos será en el mundo real. Cienbesos a todos, y un abrazo fuerte para mi madre, que se acuerda siempre de mi santo. Gracias, madre! (por cierto, vuelvo sana sanísima, será que ya tengo cuerpo de viajera!)
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