21 de Agosto (Livingston - Puerto Barrios - La Ceiba - Utila)
Que se me olvidó contaros una cosa muy chula de la excursión de ayer. Que nos bañamos en una especie de balneario en el Río Dulce, que se llama Aguas Calientes. Fue chulísimo porque el agua salia caliente a chorros pero nunca sabías muy bien por dónde. Y al mezclarse con la fría, la sensación era genial. Ademas estuvimos solicos bañándonos, mientras el barquero nos esperaba. Un lujo.
Bueno, hoy ha sido día de viaje y como siempre nos ha tocado madrugar para coger la barca que nos ha cruzado de Livingston a Puerto Barrios, donde nos esperaba el minibus privado que habiamos contratado con los de Happy Fish, una agencia muy maja, para que nos llevara directos hasta La Ceiba, en Honduras, porque allí queríamos coger el ferry que cruzaba a Utila, la isla, y el último salía a mediodía.
El viaje ha sido agradable a pesar de las tres italianas feas y antipáticas que nos acompañaban. Había también cuatro catalanes que han compensado la falta de glamour de las pavas esas. Pasar las fronteras ha sido fácil. El poli guatemalteco, Contreras, era extremadamente amable, como todos, por cierto, a diferencia de los de Honduras, y además andaba preocupadísimo por el correcto uso del español. Nos dijo, por ejemplo, que él no usaba palabras yanquis como ¨parquear¨ porque ellos venían y los usaban y no les daban nada. Y a mí me pareció muy bien. Parquear es aparcar.
Sin embargo, los polis hondureños son tontos, no usan ordenador y no ponen sello en el pasaporte, nada más que te grapan un papel que dice que has pagado los tres dólares de entrada al país. Por cierto, nosotros le cobramos a los guiris por entrar en España?
La llegada a La Ceiba ha sido un poco decepcionante porque esperabamos llegar al puerto de Padre, el protagonista de el libro ¨La costa de los mosquitos¨ pero ese ya no existe, lo abandonaron, y ahora tienen en su lugar una terminal a la que ya no llegan barcos internacionales y que no tiene ninguna vidilla. Menos mal que teníamos a Pancho para amenizarnos la espera de dos horas con un calor sofocante. Pancho es un cangrejo gordísimo y precioso que uno de los maleteros tenía atado por una pata porque pensaba hacerse una sopa de coco con él. Pero como nos hemos puesto a hacerle fotos se ve que se ha arrepentido y lo ha indultado y libreado, para mi felicidad.
Lo poco que hemos visto de Honduras nos esta sorprendiendo. Hemos llegado hasta aquí sin guia, porque no teniamos previsto pasar, y lo único que sabíamos es que era más barata que Guatemala, asi que esperabamos encontrarnos las cosas peor que allí. Pero no. Aquí hay mucho más nivel. Hemos visto centros comerciales, que hasta los echamos de menos, fijaros, y tienen hasta autopistas. Con pasos de cebra, animales cruzando, chiringuitos en medio, pero autopistas de dos carriles, al fin y al cabo. Así que hemos llegado a una conclusión: cuanto más avanzado está el país, más barato es.
Llegamos a Utila casi de noche. Pero lo primero que hicimos fue tomarnos una limonada en el Mariposa, una café-embarcadero chulísimo, para ver la puesta de sol en la bahía. Ya vereis las fotos, espectaculares. Después Mateo salió a buscar hotel y nos alojamos en el mejor posible de la isla, en el club de buceo Underwater Vision, un club con un pequeño hotel y su propio embarcadero. Así que estamos al lado del mar y tenemos un barco en la puerta. Ojala pudiérais ver todo esto.
Muchos besos
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