Acabamos de llegar a Pakse, Laos, junto al impresionante río Mekong, y está diluviando. Tres horas de viaje en autobús desde Ubon Ratchathani , la ciudad del nordeste tailandés donde dormimos ayer, y a la que llegamos en un tren nocturno desde Bangkok. Un viaje horrible en el que no dormimos nada porque tenemos un pedazo de jet lag que no se nos pasa. Dicen que viajar al este es peor que al oeste. Además, si estás acostumbrado a madrugar (gracias Lomo!) y rondas los 50, aún te cuesta más. Así que tenemos todas las papeletas.
Los tres días en Bangkok fueron estupendos. Visitamos lo que tocaba: el barrio chino, Chinatown, que es una ciudad dentro de otra, como todos los barrios chinos (me compré un paraguas porque perdí el mio nada más llegar, que lo había comprado, a su vez, en Mumbai, así que no descarto perder éste, a su vez, en Bagdad, por ejemplo! He inventado el umbrella crossing!); el buda gigante de oro, que debe ser muy importante para ellos porque había mucho turismo local; el barrio de Siam, que es donde se encuentran algunos de los centros comerciales más grandes del mundo (casi nos da un soponcio cuando nos vimos un viernes por la tarde rodeados de cientos de miles de adolescentes frenéticos); el barrio de Khao San, donde se refugian los turistas mochileros, que es un horror y el único interés que tiene es verlos a ellos como espectáculo; algún templo más y el río, que abraza la ciudad y es una vía de transporte dentro de ella. De todo esto, lo más interesante, con diferencia, han sido los puestos callejeros y los restaurantes a los que hemos ido. Estuvimos en uno de los 7 mejores de la ciudad, en Bangrak, otro barrio, que nos encantó. Ah y me compré un vestido precioso, hecho a mano, en una tienda donde me los habría comprado todos. Si el WiFi me deja, subiré foto.
Ubon Ratchathani ha sido ciudad de paso pero tenía su interés. Ayer nos tomamos una cerveza al atardecer en su "paseo marítimo" frente al río, que nos hizo humanos, en el puesto de unos chavales que habían montado una caravana, a lo trackfood europeo, que daba muy buen rollo. Luego cenamos en otro bar del paseo que nos llamó la atención porque te ponían en las mesas una olla con brasas para que te hicieras tú la comida, a tu ritmo. Los ingredientes eran verduras, carne, huevo y fideos de arroz, más la correspondiente salsa picante. También nos pedimos ensalada de pulpo. Todo buenísimo!!! Para terminar, paseo por el mercado nocturno donde compramos sandía ya pelada (un placer) y al hotel.
Y hoy en Laos, a ver por dónde empezamos a explorar este país del que todo el mundo habla maravillas!
Qué alivio ver qué sigues publicando a pesar de la oposición de alguna tecnología😧 ! Hoy voy a MURCIA y hago ronda de visitas, por ahora todo bien.
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